Este es el tercero de una serie de artículos cuyo propósito es el de clarificar y “aterrizar” cómo las prácticas propias de las #artes escénicas o el deporte profesional, aplicadas a la actividad diaria de las #personas, lo cambian todo en cuanto a su #aprendizaje y #desarrollo.

El papel de la inteligencia evolutiva

Cuando se enfrenta a un cambio en su entorno, una entidad debe considerar primero si el cambio es amenazante – potencialmente desestabilizador – o no. Si juzga, basándose en los recuerdos de experiencias pasadas, que el cambio no es potencialmente desestabilizador, no hace nada. Si juzga, basándose en experiencias pasadas, que el cambio es potencialmente desestabilizador, debe decidir cómo responder o reaccionar para preservar o recuperar su estabilidad. Si ha experimentado un cambio similar anteriormente y ha encontrado una solución para mantener su estabilidad, volverá a utilizar esa solución. Esto se llama una respuesta instintiva. Sin embargo, si se trata de una nueva amenaza, que nunca ha experimentado antes, se activa la inteligencia evolutiva.

La inteligencia evolutiva contiene tres algoritmos de toma de decisiones:

1. Llegar a ser viable e independiente: ¿Puedo (la entidad) superar esta amenaza haciéndome más fuerte o más resistente y así volver a la estabilidad?
2. Vincularse para formar una estructura de grupo: ¿Puedo (la entidad) unirme a otra entidad que se enfrenta a la misma amenaza, para formar una estructura de grupo temporal o permanente que sea lo suficientemente fuerte o resistente para superar la amenaza y así poder volver a la estabilidad?
3. Cooperar para formar una estructura de grupo de orden superior: ¿Podemos (las entidades que forman parte de una estructura de grupo) cooperar con otra estructura de grupo en una estructura de grupo de orden superior temporal o permanente que sea lo suficientemente fuerte o resistente como para superar la amenaza, de modo que nosotros (todas las estructuras de grupo y todas las entidades contenidas en ellas) podamos volver a la estabilidad dentro de la nueva estructura de grupo de orden superior?

Visto desde esta perspectiva podemos hacer las siguientes afirmaciones:

1. El propósito de la conciencia es siempre el mismo: habilitar a una entidad para que mantenga su estabilidad interior y su equilibrio exterior encontrando formas de superar las amenazas a su existencia y/o satisfacer sus necesidades más importantes. La inteligencia evolutiva es una propiedad de la conciencia.
2. La conciencia y la inteligencia evolutiva son características fundamentales de todas las entidades que se encuentran en nuestro mundo material tridimensional. El mundo en el que vivimos no sólo es energético y consciente, también es inteligente.
3. La inteligencia evolutiva da propósito y sentido a la evolución.

Todas las decisiones que tomamos, ya sean conscientes, subconscientes o inconscientes, tienen el mismo objetivo: satisfacer nuestras necesidades o deseos más importantes para poder mantener nuestra estabilidad energética.

• Las necesidades del cuerpo, para que podamos seguir vivos.
• Las necesidades del ego, para que podamos sobrevivir, mantenernos a salvo y
  sentirnos seguros en nuestro marco físico y cultural de existencia – satisfacer
  nuestras necesidades de carencia; y
• Los deseos del espíritu, para poder encontrar la plenitud en esta vida: satisfacer
  nuestras necesidades de crecimiento.

Cada vez que no satisfacemos las necesidades de nuestro cuerpo, las necesidades de nuestro ego o los deseos de nuestra alma/espíritu, experimentamos inestabilidad psicológica. Cada vez que experimentamos inestabilidad psicológica, nuestra inteligencia evolutiva entra en acción para tratar de ayudarnos a recuperar nuestra estabilidad energética, ayudándonos a satisfacer nuestras necesidades o deseos. Si no podemos satisfacer nuestras necesidades o deseos, experimentamos inestabilidad en nuestro cuerpo (disfunción física) o inestabilidad en nuestra mente (disfunción mental como ansiedad, estrés o alguna forma de trastorno). Toda la historia de la humanidad puede explicarse por nuestros intentos humanos de satisfacer las necesidades de nuestro cuerpo, ego, o deseos del alma.

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