Si hay que pedir confianza… es que no está
En muchas empresas se exige confianza como si fuera una norma.
Se espera que las personas den lo mejor de sí, que se impliquen, que colaboren con transparencia.
Pero rara vez se preguntan: ¿qué hemos hecho para que confíen?
La confianza no aparece por decreto.
No responde a discursos.
No se impone desde arriba.
La confianza, en las organizaciones, no se pide: se construye.
Y se hace de forma lenta, relacional y muchas veces silenciosa.
¿Por qué no confiamos?
No confiar no siempre es cinismo o mala actitud.
A veces es una forma de protección ante experiencias pasadas no resueltas:
- Líderes que no cumplieron lo prometido.
- Equipos donde hablar tenía consecuencias.
- Procesos mal gestionados que dejaron heridas.
- Inseguridad por falta de respaldo ante el error.
Cuando el entorno no da señales claras de seguridad, las personas activan la cautela.
Y entonces se colabora… desde la superficie.
Se participa… sin exponerse.
Se trabaja… pero no se confía.
… y si sientes que la confianza se ha erosionado en tu entorno, puedes empezar por reservar una sesión de acompañamiento.
La paradoja de la exigencia sin vínculo
Muchas organizaciones exigen compromiso, colaboración, autonomía.
Pero lo hacen desde una cultura basada en el control, la presión o el miedo al fallo.
Y donde hay miedo, no hay confianza.
Queremos equipos con iniciativa, pero sin errores.
Queremos relaciones abiertas, pero sin vulnerabilidad.
Queremos líderes cercanos, pero que no duden.
Así, la confianza se convierte en una expectativa vacía.
Una palabra en los valores corporativos… que no se sostiene en la práctica y así lo abordamos desde las habilidades relacionales del marco E3D, como te contamos aquí.
¿Cómo se construye la confianza real?
Desde élanfactor entendemos la confianza como una estructura emocional y relacional que se cultiva a través de actos concretos:
- Coherencia entre lo que se dice y lo que se hace.
- Espacios seguros para hablar sin consecuencias.
- Escucha real, no validación superficial.
- Reconocimiento de los errores, sin culpabilizar.
- Liderazgo que no solo exige, sino que también se expone.
Cuando esto se integra en la cultura, la confianza deja de ser un objetivo…
y se convierte en una consecuencia natural, una dimensión del liderazgo que trabajamos de forma profunda en el programa Leadership Core.
Preguntas para quienes desean construir confianza
- ¿Tu equipo puede decir la verdad sin temor?
- ¿La gente se cuida… o se esconde?
- ¿Tus acciones refuerzan la confianza o la contradicen?
No se trata de que confíen en ti. Se trata de merecerlo
La confianza no se pide como un favor.
Se gana como un resultado.
Y eso requiere presencia, responsabilidad y humanidad.
Porque cuando la confianza es real… todo lo demás empieza a ser posible. Puedes seguir explorando otros artículos sobre relaciones humanas y cultura de equipo en nuestra sección de recursos.