En este artículo abordamos el tercero de los siete desafíos que son implícitos al liderazgo pero que no son evidentes y fácilmente reconocibles. Estos desafíos plantean dilemas profundos no solo para el liderazgo, sino también para la vida cotidiana. Todos ellos requieren encontrar un equilibrio entre fuerzas opuestas, lidiar con la ambigüedad y mantener un enfoque estratégico sin perder de vista lo humano y lo relacional. Reconocer y tomar conciencia de estos desafíos puede marcar la diferencia entre liderar de manera efectiva y simplemente «gestionar» personas y tareas. Porque la experiencia de liderazgo es mucho más que una cuestión de decisiones estratégicas o habilidades técnicas.
Manejar la gestión a corto y largo plazo
Manejar la gestión a corto plazo y la gestión a largo plazo es un desafío clave para cualquier líder, ya que implica equilibrar las necesidades inmediatas con la planificación para el futuro.
La tentación de centrarse únicamente en las urgencias del día a día es grande, especialmente en contextos de alta presión. Sin embargo, también es necesario mirar hacia el horizonte, pensar en el futuro y en la visión a largo plazo. Esto no es fácil, porque el día a día nos absorbe. Pero el liderazgo implica dar pasos hacia adelante, asegurándonos de no solo apagar fuegos, sino también construir algo sostenible. Equilibrar lo urgente con lo importante es una habilidad que, con práctica y reflexión, podemos desarrollar. Por tanto, la capacidad para gestionar eficazmente tanto el corto como el largo plazo es crucial para mantener el éxito operativo mientras se construyen bases sólidas para el crecimiento y la sostenibilidad.
Gestión a corto plazo
La gestión a corto plazo se centra en resultados inmediatos y en alcanzar metas operativas dentro de un período de tiempo cercano (por lo general, días, semanas o meses). Implica responder a los problemas actuales, cumplir con los plazos y asegurarse de que las operaciones diarias funcionen de manera eficiente. El horizonte temporal va de días a meses, no más.
Habilidades clave:
- Toma de decisiones rápidas: Resolver problemas y tomar decisiones con rapidez y precisión.
- Gestión de recursos: Optimizar el uso de tiempo, personal y materiales para cumplir con las metas inmediatas.
- Focalización y priorización: Ser capaz de priorizar tareas urgentes y eliminar distracciones.
- Capacidad de adaptación: Ajustarse rápidamente a los cambios repentinos, como problemas de producción, cambios de cliente o crisis.
- Seguimiento y control: Monitorear constantemente los indicadores clave de rendimiento (KPIs) y ajustar los planes si es necesario.
Permite cumplir con los compromisos a corto plazo, lo que es esencial para mantener el flujo de operaciones y la satisfacción del cliente.
Mantiene la rentabilidad inmediata y asegura que la empresa funcione sin interrupciones.
Riesgos
Si un líder se enfoca exclusivamente en el corto plazo, puede quedarse atrapado en la resolución constante de problemas sin dedicar suficiente atención al crecimiento futuro, lo que puede llevar a un agotamiento del equipo o a la falta de innovación.
Gestión a largo plazo
La gestión a largo plazo implica planificar para el futuro y preparar a la organización para los desafíos y oportunidades que pueden surgir a lo largo del tiempo. Aquí, el enfoque está en el crecimiento sostenible, la innovación, el desarrollo de talento y la construcción de una visión estratégica que guíe la organización hacia sus metas futuras. Aquí en el horizonte temporal hablamos de años (aunque hoy en día es un marque demasiado amplio y poco efectivo dada la velocidad de los cambios.)
Habilidades clave:
- Pensamiento estratégico: Capacidad de visualizar el futuro, establecer una visión clara y trazar un camino para llegar allí.
- Innovación: Identificar oportunidades para la evolución y el desarrollo de nuevos productos, servicios o procesos.
- Desarrollo de talento: Invertir en la formación y crecimiento de los empleados, preparándolos para roles futuros o nuevas responsabilidades.
- Anticipación y previsión: Ser capaz de predecir tendencias y preparar a la organización para aprovechar oportunidades o evitar riesgos.
- Resiliencia: Construir una organización que pueda resistir desafíos futuros o disrupciones.
Permite construir una visión clara que guíe a la organización a través de los desafíos futuros y hacia nuevas oportunidades de crecimiento.
Fomenta un ambiente de innovación y desarrollo continuo, lo que aumenta la competitividad a largo plazo.
Riesgos
Si un líder se enfoca demasiado en el largo plazo, puede perder de vista las necesidades operativas actuales, lo que podría afectar el rendimiento inmediato y generar problemas a corto plazo.
Equilibrio entre gestión a corto y largo plazo
El verdadero desafío para un líder es lograr un equilibrio adecuado entre la gestión a corto y largo plazo. Ambos son esenciales, y el enfoque excesivo en uno puede poner en peligro el éxito global de la organización.
- Priorizar las metas de corto plazo en el marco de una visión a largo plazo: Asegurarse de que las decisiones diarias y los objetivos inmediatos estén alineados con una visión más amplia.
- Incorporar flexibilidad: Aunque es importante cumplir con los objetivos inmediatos, también es necesario ser flexible para adaptarse a oportunidades o amenazas a largo plazo.
- Delegar eficazmente: Los líderes pueden delegar la gestión diaria a sus equipos mientras se enfocan en planificar a largo plazo.
- Evaluación constante: Revisar regularmente tanto los resultados a corto plazo como el progreso hacia las metas a largo plazo, asegurándose de que estén alineados.
- Inversión en desarrollo: Mientras se alcanzan los objetivos inmediatos, no descuidar la formación y el desarrollo del talento, ya que esto es esencial para el crecimiento futuro.
Ambas son esenciales para el éxito de una organización: el corto plazo asegura que las operaciones se mantengan a flote y que los objetivos inmediatos se cumplan, mientras que el largo plazo garantiza que la organización se mantenga competitiva y preparada para el futuro. Un líder efectivo sabe cuándo enfocarse en cada uno y cómo equilibrar ambos para maximizar el rendimiento presente sin sacrificar el crecimiento futuro.
Continuará …
Arte, filosofía y ciencia aplicadas
La mente no es un vaso que llenar, sino una lámpara que encender. Plutarco
La Mirada que lo cambia todo es un cambio en la forma en que cambiamos que propone unas prácticas, perspectivas y marcos de referencia concretos y aterrizados para poder aspirar y lograr un estado de desarrollo sostenible dinámico. (Nosotros lo llamamos estabilidad interior y equilibrio exterior). Deseamos mantener a las personas inspiradas, despiertas e implicadas y propiciar así cambios con más impacto y menos dolor.
Este es un artículo escrito por Joaquín Candeias premio MAX a las Artes Escénicas y Ceo & Art director en élanfactor | la Mirada que lo cambia Todo
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