En este artículo abordamos el séptimo y úlimo de los siete desafíos que son implícitos al liderazgo pero que no son evidentes y fácilmente reconocibles. Estos desafíos plantean dilemas profundos no solo para el liderazgo, sino también para la vida cotidiana. Todos ellos requieren encontrar un equilibrio entre fuerzas opuestas, lidiar con la ambigüedad y mantener un enfoque estratégico sin perder de vista lo humano y lo relacional. Reconocer y tomar conciencia de estos desafíos puede marcar la diferencia entre liderar de manera efectiva y simplemente «gestionar» personas y tareas. Porque la experiencia de liderazgo es mucho más que una cuestión de decisiones estratégicas o habilidades técnicas.
Manejar expectativas en conflicto
Siempre habrá expectativas en conflicto, ya sea entre los miembros del equipo, entre diferentes áreas de la empresa o incluso dentro de uno mismo. Navegar estas expectativas contradictorias sin perder el rumbo es un desafío constante. Esto requiere, ante todo, ser claro y honesto sobre las prioridades, pero también ser flexible y compasivo. A veces, no se pueden satisfacer todas las expectativas, y aprender a manejar esa frustración, tanto en uno mismo como en los demás, es parte del proceso. Como líder se espera que demuestres lealtad a tus superiores y al CEO; solidaridad hacia la organización y los colegas; fidelidad hacia los clientes y consumidores y, al mismo tiempo, permanecer fiel a ti mismo, es decir, sentirte auténtico. Casi nada…!
Un dilema podría ser cuando se espera que actúes lealmente bajo presión, mientras que al mismo tiempo recibes directrices ambiguas de tu superior. Además, se espera que lleves a cabo la decisión con tus colaboradores y que, a la vez, generes un sentido de participación democrática. Es entonces cuando surge el dilema de ser creíble tanto a los ojos de tu director como de tus colaboradores. Si todo el mundo sabe cuál es el terreno de juego y que reglas imperan, la personas pueden moverse con bastante libertad y las propias restricciones del tiempo-espacio, roles y expectativas pueden ser un importante acicate para la creatividad, el aprendizaje y la emergencia de posibilidades y oportunidades
El líder actúa entonces más cómo facilitador que mantiene vivo el flujo de la energía. Este sutil equilibrio entre la implicación, transparencia y la equidistancia es, desde nuestro punto de vista, la mejor forma de lidiar con ligereza, facilidad y hasta con sentido del humor con las tensiones propias de los procesos de renovación y cambio.
Manejar expectativas en conflicto es uno de los desafíos más complejos en el liderazgo, ya que diferentes partes interesadas (superiores, colaboradores, clientes, proveedores y uno mismo) pueden tener objetivos y necesidades que no siempre están alineados. Equilibrar estas expectativas requiere una combinación de comunicación efectiva, negociación, y gestión emocional para evitar frustraciones y asegurarse de que las relaciones sigan siendo saludables.
Expectativas de los Superiores:
- Los superiores suelen tener expectativas relacionadas con los resultados, la eficiencia y la alineación con los objetivos organizacionales. Esperan que el líder cumpla con los plazos, gestione recursos de manera efectiva y apoye la visión estratégica de la empresa.
- La presión para cumplir con las metas de los superiores puede generar tensiones, especialmente si no se alinea con las capacidades o las necesidades del equipo.
- La falta de cumplimiento de las expectativas de los superiores puede poner en riesgo la credibilidad y la carrera profesional del líder.
Expectativas de los Colaboradores:
- Los colaboradores esperan dirección clara, apoyo y oportunidades para crecer. También esperan que el líder sea accesible, que comprenda sus desafíos diarios y que los defienda frente a las demandas de la alta dirección o de otros departamentos.
- Si las expectativas del líder son demasiado altas o no se proporciona el apoyo necesario, el equipo puede experimentar desmotivación, agotamiento o frustración.
- Un desequilibrio en la gestión de las expectativas puede erosionar la confianza y afectar la retención de talento.
Expectativas de los Clientes:
- Los clientes buscan calidad, cumplimiento de plazos y soluciones que cumplan o superen sus expectativas. En muchos casos, las demandas de los clientes pueden cambiar rápidamente, lo que pone presión adicional en el equipo para adaptarse.
- El incumplimiento de las expectativas de los clientes puede resultar en pérdida de contratos, reputación dañada y oportunidades de negocio desperdiciadas.
- La presión para cumplir con las expectativas de los clientes puede generar sobrecarga de trabajo en el equipo, si no se gestiona correctamente.
Expectativas Propias:
- El propio líder tiene expectativas acerca de su desarrollo profesional, su capacidad para liderar con éxito y el equilibrio entre su vida personal y profesional. También puede tener metas sobre el impacto que quiere lograr dentro de la organización.
- Conflictos internos si las expectativas del líder sobre sí mismo no se cumplen, lo que puede generar frustración o estrés.
- La falta de tiempo para atender las expectativas personales y profesionales puede afectar su bienestar y su rendimiento a largo plazo.
Habilidades necesarias para manejar expectativas en conflicto
Manejar expectativas en conflicto requiere una serie de habilidades de liderazgo clave que permitan navegar entre los intereses en competencia y mantener relaciones saludables con todas las partes interesadas.
Comunicación efectiva:
La habilidad de comunicar de manera clara, abierta y honesta es esencial para gestionar expectativas. Esto implica explicar los límites, los plazos y los recursos disponibles, al mismo tiempo que se escuchan las necesidades y preocupaciones de todas las partes.
Negociación y gestión de compromisos:
Un líder debe ser capaz de negociar y equilibrar las diferentes demandas que a menudo entran en conflicto. Esto implica saber establecer prioridades claras, gestionar compromisos y encontrar soluciones de compromiso que puedan satisfacer a las partes involucradas sin sobrecargar a nadie.
Resolución de conflictos:
La capacidad para manejar conflictos de manera imparcial y efectiva es esencial para lidiar con expectativas contradictorias. Saber abordar tensiones o desacuerdos entre las diferentes partes interesadas sin que el conflicto se intensifique es clave.
Gestión del tiempo y organización:
Manejar múltiples expectativas requiere una gestión del tiempo excepcional. Los líderes deben poder priorizar tareas según la urgencia e importancia, y distribuir los recursos (incluido el tiempo) de manera eficiente para cumplir con las demandas de todos los grupos.
Inteligencia emocional:
Entender y gestionar las emociones propias y las de los demás es crucial. Un líder debe ser capaz de empatizar con las necesidades de su equipo, clientes y superiores, mientras gestiona sus propios sentimientos para tomar decisiones racionales en situaciones de alta presión.
Implicaciones de manejar expectativas en conflicto
Implicaciones positivas:
- Mejora de la confianza entre todas las partes involucradas, ya que cada grupo siente que sus expectativas están siendo gestionadas con consideración y respeto.
- Mayor cohesión del equipo: Cuando los colaboradores sienten que sus necesidades son escuchadas y equilibradas con las expectativas de otros grupos, tienden a ser más productivos y comprometidos.
- Relaciones saludables con clientes y proveedores: Al gestionar eficazmente las expectativas, se pueden establecer relaciones a largo plazo basadas en la confianza y la colaboración.
Riesgos si no se manejan bien:
- Frustración y desconfianza: Si no se gestionan adecuadamente, los conflictos entre las expectativas pueden generar descontento en todas las partes, dañando las relaciones laborales y personales.
- Baja moral del equipo: Si los colaboradores sienten que sus necesidades siempre se sacrifican en favor de los clientes o superiores, esto puede generar baja moral y aumentar la rotación de personal.
- Estrés y burnout: El líder puede sufrir estrés crónico si no se equilibra adecuadamente entre las demandas externas e internas, lo que impacta tanto su rendimiento como su bienestar.
Manejar expectativas en conflicto es un desafío fundamental para los líderes que buscan equilibrar las demandas de sus superiores, su equipo, los clientes, los proveedores y sus propias metas. Esto requiere habilidades clave como la comunicación, la negociación, la inteligencia emocional y la capacidad de resolución de conflictos. Al gestionar eficazmente estas expectativas, los líderes pueden mejorar la confianza, la cohesión del equipo y mantener relaciones saludables con todos los actores involucrados, lo que contribuye al éxito a largo plazo de la organización.
Continuará …

Foto de Alexis Fauvet en Unsplash
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La mente no es un vaso que llenar, sino una lámpara que encender. Plutarco
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Este es un artículo escrito por Joaquín Candeias premio MAX a las Artes Escénicas y Ceo & Art director en élanfactor | la Mirada que lo cambia Todo
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