Liderar a través del control y la iniciativa propia | Los desafíos de liderazgo. Integrar enfoques aparentemente opuestos

Tiempo de lectura: 5 minutos

En este artículo abordamos el cuarto de los siete desafíos que son implícitos al liderazgo pero que no son evidentes y fácilmente reconocibles. Estos desafíos plantean dilemas profundos no solo para el liderazgo, sino también para la vida cotidiana. Todos ellos requieren encontrar un equilibrio entre fuerzas opuestas, lidiar con la ambigüedad y mantener un enfoque estratégico sin perder de vista lo humano y lo relacional. Reconocer y tomar conciencia de estos desafíos puede marcar la diferencia entre liderar de manera efectiva y simplemente «gestionar» personas y tareas. Porque la experiencia de liderazgo es mucho más que una cuestión de decisiones estratégicas o habilidades técnicas.

Liderar a través del control y la iniciativa propia

El control puede dar la ilusión de seguridad, pero una mano demasiado firme asfixia la creatividad y el compromiso. Aquí es donde entra la confianza: permitir que otros tomen la iniciativa, incluso sabiendo que cometerán errores. El arte de liderar implica dejar espacio para la autonomía, alentando a las personas a que tomen decisiones propias, aprendan de sus caídas y se levanten con más fuerza. Es un acto de humildad y generosidad, porque requiere que dejemos de ser el centro del control para convertirnos en facilitadores.

Para lograr resultados sostenibles en el tiempo debemos movilizar todas las fuerzas de la organización y explotar el efecto total que surge cuando el mayor número posible de colaboradores participa activamente en el proceso de cambio, toma la iniciativa y asume la responsabilidad de lograr los resultados deseados.

Una visión inspiradora es una herramienta esencial para promover el cambio. Cuando los implicados comparten una visión y se ponen de acuerdo tanto en los objetivos generales de a largo plazo como en los de a corto plazo, los colaboradores no necesitan mucha dirección o gestión, sino que ganan en capacidad de autonomía y desarrollan una mayor iniciativa personal.

Un error recurrente y común que los líderes suelen cometer en los procesos de cambio es que creen que el resto de los miembros de la organización están en el mismo nivel de comprensión y aceptación que ellos mismos.

Es imprescindible interrogar la realidad del presente con la mayor diversidad de perspectivas posibles porque si no no sabemos dónde estamos, cómo nos afecta y qué necesitamos, no es posible plantear preguntas que generen un propósito y plantear los cambios adecuados que vayan en la nueva dirección de futuro deseada.

Hay una pregunta a la que todos quieren una respuesta para poder ser parte del proceso de cambio: ¿Qué gano yo con esto?

Liderar a través del control

Este enfoque de liderazgo se basa en una supervisión directa y detallada de las actividades y el desempeño del equipo. El líder establece reglas claras, procesos definidos y supervisa constantemente para asegurarse de que las tareas se completen tal como se espera. Aquí, el líder tiene un mayor grado de control y autoridad sobre las decisiones y los procedimientos.

El líder es el principal tomador de decisiones y controlador de los recursos. El equipo sigue instrucciones claras y los resultados están bien definidos. Menos espacio para la flexibilidad o la autonomía.

Habilidades clave:

  • Supervisión efectiva: Monitorear el progreso y asegurar que el trabajo se realice de acuerdo con las directrices establecidas.
  • Establecimiento de reglas claras: Definir procedimientos y expectativas concretas para que los empleados sepan exactamente qué se espera de ellos.
  • Toma de decisiones rápida: Al controlar todos los aspectos, el líder debe tomar decisiones rápidamente ante cualquier desvío.
  • Gestión de riesgos: Asegurar que los riesgos sean minimizados mediante un control estricto de los procesos y resultados.
  • Retroalimentación directa: Proveer un flujo constante de feedback para corregir errores y mantener la alineación.

Asegura que los estándares de calidad se mantengan altos. Es eficaz en entornos donde la seguridad o la precisión son esenciales (por ejemplo, fabricación, finanzas o atención médica). Proporciona claridad y estructura, lo que reduce la incertidumbre entre los empleados.

Riesgos:

  • Puede sofocar la creatividad y la innovación, ya que los empleados no tienen la libertad para experimentar.
  • Puede generar dependencia de los empleados en el líder, lo que debilita su capacidad para actuar de manera autónoma.
  • Tiende a crear entornos más rígidos, lo que puede resultar en una menor motivación y compromiso del equipo.

Liderar a través de la iniciativa propia

Este estilo se enfoca en fomentar la autonomía y la responsabilidad individual dentro del equipo. El líder proporciona una dirección general y define objetivos claros, pero da a los empleados la libertad para decidir cómo alcanzarlos. Este enfoque busca inspirar a las personas a tomar la iniciativa, ser proactivas y resolver problemas por sí mismas.

Los empleados tienen más libertad para decidir cómo alcanzar los objetivos. El liderazgo es más horizontal y participativo. Se confía en que el equipo sea responsable y proactivo.

Habilidades clave:

  • Empoderamiento: Saber delegar de manera efectiva y dar a los empleados la confianza para tomar decisiones importantes.
  • Confianza en el equipo: Creer en la capacidad de los empleados para cumplir con sus responsabilidades y apoyarles sin microgestión.
  • Visión compartida: Comunicar una visión clara y objetivos bien definidos para que los empleados comprendan el propósito y los resultados esperados.
  • Facilitar la innovación: Crear un entorno donde el equipo se sienta seguro para experimentar, equivocarse y aprender.
  • Fomentar la iniciativa: Incentivar a las personas a tomar la iniciativa y a aportar ideas para mejorar procesos y resultados.

Fomenta una mayor motivación y compromiso de los empleados, quienes se sienten más valorados y autónomos. Promueve la innovación y la mejora continua, ya que los empleados son libres de probar nuevas ideas y enfoques. Desarrolla habilidades de liderazgo a nivel de equipo, preparando a los empleados para roles de mayor responsabilidad en el futuro.

Riesgos:

Si no se gestiona bien, puede haber falta de dirección o desorganización, especialmente si los empleados no comprenden completamente sus objetivos.

Los empleados con menor experiencia o habilidades podrían sentirse abrumados por la responsabilidad, lo que puede conducir a errores.

Existe el riesgo de inconsistencia en la calidad del trabajo si no se establecen claramente los estándares.

Equilibrio entre control y la iniciativa propia

El verdadero reto para los líderes es encontrar un equilibrio adecuado entre ambos enfoques, ya que cada uno es más efectivo en diferentes circunstancias. En general, los líderes deben ajustar su estilo de liderazgo en función de factores como la madurez del equipo, la complejidad del trabajo y el entorno organizacional.

Cómo equilibrar:

  • Contexto y tipo de tarea: Para tareas críticas o donde la precisión es clave (por ejemplo, en industrias como la salud o la ingeniería), el control puede ser necesario. Para trabajos creativos o de innovación, la iniciativa propia suele ser más efectiva.
  • Nivel de experiencia del equipo: Equipos más junior o inexpertos pueden necesitar más control y orientación, mientras que los equipos más senior o experimentados suelen prosperar con mayor autonomía.
  • Flexibilidad situacional: Los líderes pueden adoptar un enfoque de control en momentos de crisis o de alta presión, pero fomentar la autonomía cuando se busca la innovación y la mejora continua.
  • Claridad en la comunicación: Proporcionar objetivos y resultados claros permite que, aunque se delegue la responsabilidad y la iniciativa, se mantenga el alineamiento con la visión y misión organizacional.

Liderar a través del control y la iniciativa propia presenta estilos de liderazgo opuestos pero complementarios. Mientras que el control garantiza precisión y consistencia, la iniciativa propia promueve la innovación y el empoderamiento. Un líder eficaz sabe cuándo utilizar cada enfoque, reconociendo que el control es útil en situaciones donde los errores deben minimizarse, mientras que la iniciativa propia es ideal para fomentar un entorno dinámico, adaptable y creativo.

Continuará …


Arte, filosofía y ciencia aplicadas

La mente no es un vaso que llenar, sino una lámpara que encender. Plutarco

La Mirada que lo cambia todo es un cambio en la forma en que cambiamos que propone unas prácticas, perspectivas y marcos de referencia concretos y aterrizados para poder aspirar y lograr un estado de desarrollo sostenible dinámico. (Nosotros lo llamamos estabilidad interior y equilibrio exterior). Deseamos mantener a las personas inspiradas, despiertas e implicadas y propiciar así cambios con más impacto y menos dolor.


Este es un artículo escrito por Joaquín Candeias premio MAX a las Artes Escénicas y Ceo & Art director en élanfactor | la Mirada que lo cambia Todo

Si esto te inspira, si te resuena y quieres hacernos llegar tus comentarios o si quieres saber más acerca de nuestros servicios escríbenos a hola@elanfactor.com

Tal vez también te guste …
Don`t copy text!
Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos y para mostrarte publicidad relacionada con sus preferencias en base a un perfil elaborado a partir de tus hábitos de navegación. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Más información
Privacidad