¿Qué hace que unas personas brillen bajo presión y otras se apaguen?
Los teóricos del #management han dado sólo con respuestas parciales: recompensas materiales, culturas apropiadas, gestión por #objetivos, etc. El problema es que sólo consideran a las personas de cuello para arriba, vinculando el alto desempeño exclusivamente con la capacidad cognitiva.
Los profesionales que se desenvuelven con destreza en situaciones exigentes son quienes prestan atención a su salud física, emocional, mental y espiritual porque saben que son los mimbres de la práctica de alto rendimiento. Haz click para twittear¿Es posible rendir a nuestro máximo potencial sin sacrificar nuestra salud y bienestar?
Hay #personas de éxito con altos cargos directivos que carecen de #competencias emocionales, mentales y conversacionales. Pero estas personas, en contra que lo que creen, no están rindiendo a su máximo potencial. Son exitosas no gracias a sino a pesar de sus (malos) hábitos.
Por norma general se exigen más allá de su capacidad de regeneración física, emocional, mental y espiritual. Poco a poco las demandas de energía van consumiendo sus reservas, erosionándolos y terminan con úlceras, insomnio, divorcios, aislamiento social, etc.
Vivir consumiendo más de lo que se gana es una receta para el desastre financiero, físico y psicológico. La única manera de operar de forma sostenible en un estado de óptimo rendimiento, es utilizar (y recrear) los recursos energéticos de cada uno de estos niveles. Es necesario desarrollar una perspectiva integral que incluya cuerpo, emociones, mente y espíritu.
¿Cómo desarrollar una práctica de alto rendimiento que podamos mantener en el tiempo?
Al igual que un artista o deportista profesional, el #directivo debe ser capaz de movilizar gran cantidad de energía. El manejo efectivo de esta energía se reduce a un principio clave: el complemento armonioso entre el gasto (estrés) y la renovación (recuperación).
En la práctica de estas personas encontramos que el verdadero enemigo del desempeño no es el #estrés que, paradójicamente, es en realidad un estímulo para el crecimiento. El problema es la ausencia de una disciplina regular de recuperación.
El estrés crónico sin recuperación agota las reservas de energía, causando no sólo la “quema” de la persona sino también su quiebre. Todo opera en contra de su rendimiento. Es vital generar prácticas y rituales que promuevan la oscilación regulada entre estrés y recuperación (relajación) para mantener una óptima actuación.
El 91% de los directivos está estresado y una amplia mayoría considera que afecta seriamente a su salud.
fuente: Grupo DKV y Universidad Europea
¿Cómo ayuda la experiencia de las Artes Escénicas o el deporte profesional?
De la mano de Joaquín Candeias, director de teatro y ópera internacionalmente reconocido en múltiples ocasiones, élanfactor | la Mirada que lo cambia Todo ha creado un modelo exclusivo que permite conocer y aplicar las claves de la práctica de #altorendimiento propias de las artes escénicas o el deporte profesional al mundo de la #empresa y sus #nuevasformasdetrabajar